El miércoles pasado salimos de la rutina, en las clases de Historia del diseño y Fenómeno del hábitat visitamos el Centro histórico poblano. Estuvo muy padre, ya que lo he visitado muchísimas veces, pero nunca lo he observado con detenimiento y no tomaba en cuenta los detalles y toda la historia que cuentas los diferentes edificios.
Por ejemplo nunca había entrado al Convento de Santo Domingo, y admirado el barroco de la Capilla del Rosario.
Les recomiendo mucho darse una vuelta y no sólo visitar el centro por ir a Los sapos o comprarle algo a los hippies, sino para admirar la arquitectura tan maravillosa que tenemos.